La Política Climática de Género Justa: las Mujeres y las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional

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Por Shannon Greene, Investigadora de EmpoderaClima

El año 2015 vió el inicio de dos acuerdos internacionales mayores: La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en septiembre y el Acuerdo de París, adoptado en diciembre.

La Agenda 2030, intenta modificar el desarrollo global a una base de sostenibilidad. La igualdad de género forma parte integral de la Agenda y reconoce que no puede ser considerado a parte de la pobreza, el hambre, mala salud y por supuesto, la justicia climática. En el Acuerdo de París del 2015, los Partidos se pusieron de acuerdo en un objetivo de largo plazo para la adaptación y la resiliencia, con las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs) en el centro de estos esfuerzos.

Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs, por sus siglas en inglés) son una herramienta crítica para el avance en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Destaca la obligación de las partes de preparar y mantener las NDCs que quieren lograr. Sin embargo, el gobierno decide lo que muestra en cuanto a la información que tiene sobre sus políticas climáticas en sus NDCs. La inclusión del género en las NDCs es clave para responsabilizar los países en transformar sus ambiciones para la igualdad de género, y para asegurar que el progreso que ya se ha realizado sea respetado y protegido.

Las NDCs son esenciales en el avance de la igualdad de género mientras alcanzan los objetivos climáticos. Preservar los avances ya logrados en llegar hasta la igualdad de género y de empoderamiento y abordar los desafíos impuestos por el cambio climático requieren un esfuerzo interseccional que tenga en cuenta el impacto del cambio climático para las mujeres. Un estudio dirigido por la Organización de Mujeres para el Medio Ambiente y el Desarrollo (WEDO) analizó el alcance hasta el cual las NDCs tratan los derechos humanos de las mujeres. Se observó que en total, 64 de los 290 INDCs incluyeron una referencia al género. De los 64 países, solo 27 mencionaron el género relacionado con la adaptación, seguido por la mitigación (12 países), la implementación de los compromisos (9 países) y la capacitación (5 países). 

Además, solo 37.5% menciona de manera explícita “mujeres” o “género” en el contexto de las ambiciones nacionales, con el África subsahariano como la única excepción. La forma más frecuente en que las mujeres fueron descritas, era como un grupo vulnerable. Además, sólo quince de las Contribuciones Previstas Determinadas a nivel nacional (INDCs) reconocieron las mujeres como responsables importantes en el contexto de la creación de políticas de cambio climático. Estas cifras no son suficientes, y con un enfoque tan fuerte en la justicia de género dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, pedimos lo mismo por las NDCs. No hay justicia climática sin justicia de género. Para combatir el cambio climático, tenemos que abordar las desigualdades de manera estructurada, no sólo entre los hombres y mujeres sino también las desigualdades que persisten debido a la raza, el clase social, la edad, la sexualidad y el género.

En el futuro, con los Estados miembros preparándose para otra ronda de las NDCs antes del COP en diciembre, es importante anotar cuanto el género es importante para la acción climática. Hay una necesidad para una tecnología y mecanismos de financia sensibles al género, igual que decisiones informadas de género en la preparación de las NDCs. Un análisis específico por país de género y de datos es integral en la preparación de compromisos de cada uno de los signatarios del Acuerdo de París. Los gobiernos deben asegurar que las NDCs están previstas para ser participativas, que permitiría la participación entera de mujeres, poblaciones indígenas y otras comunidades marginadas.


No podemos combatir el cambio climático con solo 50% de la población. El análisis de género y de datos que es específico a cada país ayudaría a identificar las fronteras para la participación de mujeres, lo que mostraría cómo puede ser mejorado. Existe un problema grave con solo 15 de los NDCs quien reconocen las mujeres como responsables fundamentales en la creación de políticas de cambio climático. Necesitamos más mujeres que influyan en la política para que estos problemas sean reconocidos e abordados.

La integración de un lenguaje inclusivo de género dentro de las NDCs no solo mejoraría los resultados del cambio climático para todos, sino también contribuiría al desarrollo sostenible y los objetivos de reducción de pobreza. Como Ella Bhat lo dijo con tanta elocuencia en las negaciones de París en el 2015; “Cuando invertimos en la participación de las mujeres, tenemos un aliado que quiere una comunidad estable y raíces para su familia. Cada mujer no solo es una trabajadora sino también una sostén, una cuidadora, una educadora, una relacionadora y una recolectora fundamental de vínculos en una comunidad. Además, la participación de mujeres aporta soluciones constructivas, creativas y sostenibles en una comunidad”. 


Así que combatamos juntos contra las desigualdades de género y de cambio climático, y que trabajemos para el empoderamiento climático con EmpoderaClima.

Créditos de la foto: Women & Gender Constituency

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