Cómo salvar el mundo: educando a las ninãs para el liderazgo climático

Créditos de la foto: Jeenah Moon/Reuters

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Por Renata Koch Alvarenga, Directora de EmpoderaClima

El cambio climático ha encabezado las noticias últimamente, con los incendios en el Amazonas en Brasil, el huracán Dorian en las Bahamas y los Estados Unidos, y declaraciones preocupantes sobre políticas climáticas de los líderes mundiales. Este escenario caótico nos hace preguntar cómo podemos ayudar de verdad, y una respuesta simple, que no se toma en serio de manera suficiente, es educar a las niñas para el liderazgo climático.
Como hemos destacado en nuestros artículos en EmpoderaClima, el cambio climático afecta más a las niñas que a los niños. Por ejemplo, durante las sequías, las niñas tienen que ayudar a sus familias en el hogar y no tienen otra opción que dejar de asistir a la escuela para cumplir con esas responsabilidades. Esta narrativa debe cambiar, y es la hora de reconocer el poder de la educación de niñas para mitigar y adaptarse al cambio climático.

Para una acción climática efectiva para lograr el Acuerdo de París, que tiene objetivos para cumplir a partir del año próximo, en 2020, la educación debe ir codo a codo con el género, porque el conocimiento es la herramienta que puede convertir a las niñas en agentes de cambio para abogar por el desarrollo sostenible en sus propias comunidades.

Una investigación de Brookings Institution muestra que las naciones con mayores tasas de mujeres como líderes climáticas y que tienen más acceso a la educación para las niñas, tienen menos vulnerabilidad a los desastres climáticos. Esto se debe a que la educación proporciona habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la negociación y la comunicación, que son herramientas necesarias para desarrollar la resiliencia en una comunidad que está enfrentada por los impactos del cambio climático.

La educación de las mujeres jóvenes para el liderazgo climático puede manifestarse de muchas maneras, incluyendo la inversión en el desarrollo de habilidades técnicas que se enfocan en la sostenibilidad para una economía más verde en el futuro cercano, lideradas por mujeres expertas en el lugar de trabajo. El conocimiento adquirido en la escuela por las jóvenes también puede ayudar a fortalecer la resiliencia a los desastres climáticos, ya que pueden usar las habilidades adquiridas para obtener buenos empleos y apoyar a sus familias.

La educación para la acción climática puede incluso ser una herramienta para promover los derechos de las niñas a su salud reproductiva, lo que no solo garantiza que tengan el control sobre sus cuerpos y su reproducción, sino que también aborda cuestiones como el crecimiento de la población, un gran tema para la mitigación climática. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, 232 millones de mujeres que optan por evitar el embarazo no tienen acceso a recursos de salud reproductiva, ni siquiera a información simple, y la educación no solo cerraría esta brecha, sino que ayudaría en la transición global a una economía baja en carbono a través de la planificación familiar y el empoderamiento femenino.

En el pasado, la mayoría de las estrategias climáticas, tanto al nivel local como global, no tenían en cuenta el género, lo que significa que realmente no consideraron a las mujeres en ninguno de sus enfoques para la mitigación y la adaptación al cambio climático. Esto ha tenido un giro positivo a lo largo de los años, con la creciente influencia de la Women and Gender Constituency de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático - CMNUCC (una plataforma compartida de la sociedad civil y las ONG que representan los derechos de las mujeres en las conferencias climáticas), políticas innovadoras en finanzas climáticas, con el Fondo Verde para el Clima como el mayor ejemplo con sus criterios sensibles al género para los fondos, e iniciativas de las Partes de la CMNUCC, como el Plan de Acción de Género.

En la educación, en específico, hay esfuerzos dentro de la política climática global para incluir el género. Acción para el Empoderamiento Climático (ACE) es el término utilizado por la CMNUCC que se refiere a la educación, la capacitación, la conciencia pública, la participación pública, el acceso público a la información y la cooperación internacional en estos temas, también conocido como Artículo 6 de la Convención.

El primer principio rector para las actividades de ACE es adoptar un enfoque de género, lo que significa promover la participación de las mujeres en la toma de decisiones a través de la educación y la conciencia pública. Algunas de las formas en que esto se manifiesta es a través de programas de liderazgo que proporcionan habilidades para que las niñas se conviertan en líderes ambientales y programas que enseñan estrategias para enfrentarse al cambio climático para las niñas en las zonas rurales.

Todas estas acciones al nivel mundial muestran que la educación de las niñas está a la vanguardia de las discusiones sobre políticas climáticas, y esto también debe ocurrir al nivel local, especialmente en las zonas rurales y las comunidades pobres, que son más vulnerables al cambio climático. La investigación realizada en este campo sugiere que cada año adicional de educación para niñas, resulta en un aumento en el número de mujeres que participan en sus delegaciones gubernamentales en las reuniones de la CMNUCC, incluyendo en las Conferencias anuales de las Partes (COP).

Por lo tanto, cuanto más esfuerzo ponemos en educar a las niñas, más desarrollamos un nuevo liderazgo para la acción climática, una herramienta importante en el planeta en el que vivimos, cada vez más vulnerable. Como lo expresó la escritora Shabana Basij-Rasikh, "educar a las niñas es una de las formas más rentables y de alto impacto para que cada nación en la tierra luche contra las temperaturas crecientes y cambios atmosféricos que nos amenazan a todos. Es una realidad simple y básica".

EmpoderaClima cree que el conocimiento es empoderamiento y, por lo tanto, enfocamos nuestro trabajo en compartir contenido sobre la justicia climática y de género con los jóvenes de todas partes del mundo. Apoyar a las iniciativas educativas es simple, y puede recorrer un largo camino para aumentar la igualdad de género y la acción climática en todo el planeta.

Para obtener más información sobre la interseccionalidad entre la educación de niñas y acción climática efectiva, consulte nuestra sección de Investigaciones. 


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