Operación de Acogida: Una perspectiva de género y clima a la respuesta humanitaria de Brasil para los migrantes y refugiados de Venezuela
Por Naiara Nunes, Traductora de EmpoderaClima
Las violaciones a los derechos humanos, las catástrofes naturales, las malas cosechas, la falta de acceso a los alimentos y al agua potable, son solo algunas de las causas que empujan al ser humano a dejar su tierra natal. Por siglos, la raza humana se desplazó por todo el mundo, a veces por voluntad y otras veces por obligación. En cada contexto de migración, hay cuestiones de adaptación y más de lo que creemos, estas cuestiones acentúan las debilidades preexistentes.
En Sudamérica, el éxodo venezolano, provocado por la inestable situación política y socio-económica en el país, generaron que más de 5.490.000 de venezolanos abandonen sus raíces, según la Plataforma de Coordinación de migrantes y refugiados de Venezuela. (R4V).
En cuanto a Brasil, el quinto destino elegido por los venezolanos, el flujo de migrantes llegados al país ha impulsado la creación de la Operación de Acogida (Operação Acolhida, en Portugués), un programa de ayuda humanitaria coordinada que une los esfuerzos del Ministerio de la Ciudadanía de Brasil, las Fuerzas Armadas de Brasil, los organismos que dependen de la ONU y varias ONG.
Esta operación que pretende ayudar dignamente a los migrantes y refugiados venezolanos, se basa en 3 pilares fundamentales: (1) El Ordenamiento Fronterizo; (2) Recepción; y la (3) Interiorización.
El primer pilar pretende ordenar el paso fronterizo entre Brasil y Venezuela, en una base militar ubicada en la ciudad de Pacaraima, Roraima. Nada más cruzar la frontera, los venezolanos ya cuentan con la ayuda humanitaria. En la estación de recepción e identificación (PRI), reciben agua, comida, atención médica, información acerca de Brasil y su compromiso con los migrantes y refugiados y reciben su documentación.
El segundo pilar, la Recepción, les garantiza la posibilidad de vivir en refugios temporarios para todos aquellos que no tengan como solventar sus gastos en Brasil a corto plazo. En estos refugios, las personas reciben comidas a diario, cursos preparatorios, clases de portugués así como también ayudas por parte de la Agencia de la ONU para los Refugiados (UNHCR por sus siglas en inglés, o ACNUR) que se encarga de la gestión de dichos establecimientos temporales.
El tercer y último pilar, el Programa de Interiorización, tiene como objetivo promover la migración de los ciudadanos venezolanos de forma segura hacia otras partes de Brasil. Este programa es totalmente gratuito y tiene 4 modalidades: Refugio-a-refugio (de Roraima a otros estados de Brasil); Reunificación familiar; Reunificación social ; y Trabajo. Haz click aquí para más información.
Para Brasil, el país más grande de América del Sur, la respuesta humanitaria para esta migración masiva puede sentar las bases para las próximas respuestas humanitarias en los flujos de desplazamiento climático venideros. A nivel mundial, se entiende que el cambio climático impactará directamente en los procesos migratorios, por lo que es necesario adoptar respuestas humanitarias para salvaguardar los derechos fundamentales de las personas migrantes / refugiadas / desplazadas.
En este sentido, Brasil, como nación que ya lidera una operación humanitaria a gran escala dentro de su territorio, tiene la posibilidad de marcar el tono de un enfoque del Sur Global para los desplazamientos impulsados por el clima. Una respuesta que no cataloga a las personas migrantes como una amenaza y, además, que tiene como eje el respeto a la dignidad de las personas y su derecho a la circulación.
Teniendo en cuenta la escala de esta operación, es fundamental que se adopte una perspectiva de género, ya que la migración climática y la desigualdad de género van de la mano. Este tema ya fue analizado en detalle en el artículo de EmpoderaClima Climate Migration: los desplazamientos debidos a la crisis climática afectan primero a las mujeres. Dentro de la Operación de Acogida en Brasil, hay iniciativas como 'Empoderando Refugiadas' que brindan cursos y actividades de capacitación para mujeres refugiadas, para que puedan acceder a la fuerza laboral brasileña. Esta iniciativa cuenta con colectivos de entre treinta y cincuenta mujeres, y representa un punto de inflexión para ellas, ya que se motivan y, por tanto, acceden a otras oportunidades laborales.
Además, en 2020, ACNUR lanzó un estudio sobre Empleos Verdes que incluye algunas lecciones sobre la Operación de Acogida y también mapea sectores de la economía verde en Brasil. En este estudio, concluyen que actualmente es posible promover la inserción de personas migrantes y refugiadas en empleos verdes a través de la Operación. Esto solo puede convertirse en una realidad si el sector, las empresas y empleadores se comprometen a promover la inclusión entre sus empleados, contratando no solo a locales u hombres, sino también a migrantes, refugiados, mujeres cis, mujeres trans y personas con discapacidad, creando un 'estándar plural' de acceso a este tipo de trabajos, que puede afectar el acceso al mercado de la economía verde en el futuro.
En un escenario en el que miles de familias se encuentran desplazadas, con muchas familias lideradas por madres solteras, los planes a gran escala son urgentes para ayudar a las personas a adaptarse y reconstruir sus vidas en una nueva región. Una de las acciones que podemos tomar es exigir una mayor inclusión, no solo en la fuerza laboral, sino también en la política y la academia. Al promover la interseccionalidad en la acción humanitaria y la adaptación climática, podemos crear respuestas humanitarias que se centren en las necesidades específicas de las personas y en planes de desarrollo con impacto social.
Pero subsisten dos preguntas. Si en el futuro ocurre una catástrofe climática en Brasil, o en cualquier otro país de América Latina, considerando los tres pilares de la Operación Bienvenida que tienen como objetivo promover la dignidad, brindar refugio y ayudar a los sujetos a encontrar nuevas oportunidades en otras ciudades / estados;
¿Serán suficientes para abordar las necesidades de las personas en una crisis climática?
¿Cómo podemos mejorar esta respuesta humanitaria y crear estrategias para ayudar a la recuperación de las personas?
Los procesos migratorios en el globo tienen una dinámica secular. Esta dinámica existirá mucho después de que nos separemos de este planeta. Tenemos una responsabilidad colectiva con nosotros mismos y los que vendrán después de nosotros. Por lo tanto, debemos aprovechar el tiempo que tenemos ahora para desarrollar nuevas formas de ayudar en el proceso de mitigación y adaptación al cambio climático, siempre teniendo en cuenta los principios de interseccionalidad y justicia de género y climática.